Sostenibilidad y comercio internacional

Eva Retuerta
Eva Retuerta
Técnico Desarrollo Internacional

27/08/2025

Desde la segunda mitad del s. XX, el comercio internacional ha protagonizado una considerable expansión. Según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), desde el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercios de 1947 (GATT), su volumen de crecimiento ha sido del 4.500 % hasta 2024, de forma que sus valores se han multiplicado casi por 382 respecto a los niveles de 1950.

Detrás de estos cambios han estado tanto el desarrollo tecnológico de las sociedades como la liberalización de las políticas comerciales y de inversión. Dos factores que han permitido descentralizar la producción y crear cadenas de suministro de alcance mundial; pero que también ha incrementado considerablemente los intercambios comerciales internacionales y la necesidad de emplear tanto infraestructuras como medios de transporte. Una nueva situación que ha tenido un evidente impacto en el medioambiente, ya que se calcula que más del 94 % del combustible utilizado en el desplazamiento de mercancías corresponde al petróleo.

Así, la propia OMC estima que entre el 20 y el 30 % de las emisiones globales de CO2 están asociadas a esta actividad, lo que invita a los actores implicados —administraciones, organizaciones y empresas— a adoptar medidas específicas para desarrollar un comercio internacional sostenible.

De la competitividad al compromiso sostenible

En 2015, 193 países pertenecientes a las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual incluye 17 Objetivos (ODS) para promover esta transformación desde los enfoques social, económico y ambiental. De ellos, el último propone revitalizar las Alianzas Mundiales para favorecer el desarrollo sostenible, por lo que está estrechamente vinculado al comercio internacional y al establecimiento de nuevas regulaciones ambientales globales.

Pero, para que la adopción de estas medidas sostenibles sea eficaz, los gobiernos y administraciones necesitan del compromiso y la implicación del sector privado. Por eso, para poder alcanzar los ODS, es vital aplicar los conocidos como criterios ESG (Medio Ambiente, Social y Gobierno) en el seno de las organizaciones y empresas.

¿Qué son los criterios ESG y por qué importan en el comercio internacional?

Durante la década de los 60, las empresas e inversores tomaron conciencia de los problemas sociales y comenzaron a alinear sus carteras con sus valores éticos y morales. Así, nacieron las prácticas de Inversión Socialmente Responsable (ISR) que, años después, en julio del 2000, inspiraron la creación del Pacto Global de la ONU para implicar al sector empresarial en la defensa de los derechos humanos, de las normas laborales y del medio ambiente, así como en la lucha contra la corrupción.

Además, en el año 2000 también se fundó Carbon Disclosure Project (CDP), una organización internacional sin ánimo de lucro que animó a las empresas a informar a sus inversores sobre su impacto climático y las medidas que tomaban para el cuidado del medio ambiente. Así que, poco después, en 2004, el término ESG apareció por primera vez en el informe ‘Who Cares Wins’ del Banco Mundial, el cual planteaba cómo integrar los factores ambientales, social y de gobierno en las operaciones de las empresas.

Para participar en los mercados globales, las compañías llevan a cabo actividades que, directa o indirectamente, generan impactos ambientales significativos. Estos no se limitan al transporte internacional de mercancías, sino que también incluyen procesos industriales que provocan emisiones de gases de efecto invernadero, agotamiento de recursos naturales, generación de residuos y deforestación. En este contexto, la integración de criterios ESG en la estrategia empresarial es esencial. Adoptarlos permite tomar decisiones más responsables en materia de inversión, acuerdos y licitaciones, y posicionarse como actores comprometidos con un comercio internacional sostenible.

Regulaciones ambientales y estándares sostenibles en el comercio exterior

Según el informe ‘Estado de Derecho Ambiental: Primer informe global’, publicado por ONU Medio Ambiente, el número de leyes ambientales se multiplicó por 38 entre 1972 y 2019, reflejando un esfuerzo significativo por parte de la comunidad internacional para regular la protección del medioambiente. Sin embargo, el mismo documento advierte que uno de los principales desafíos para combatir el cambio climático no es la falta de normativa, sino la dificultad para garantizar su aplicación efectiva.

Este problema se debe, en gran medida, a la ausencia de organismos ambientales con suficiente autoridad y capacidad operativa para hacer cumplir dichas regulaciones. En algunos contextos, la falta de mecanismos de supervisión sólidos y de voluntad política limita el impacto real de estas leyes, lo que pone en evidencia la necesidad de fortalecer las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento ambiental, especialmente en el ámbito del comercio internacional.

Esta misma dificultad se refleja en los esfuerzos por consolidar una actividad global verdaderamente sostenible. Aunque en las últimas décadas se han impulsado diversas políticas para establecer mínimos comunes, promover la adopción de estándares sostenibles e incentivar la trazabilidad, aún persisten retos importantes. Las empresas deben adaptarse no solo a las exigencias regulatorias, sino también a las expectativas de consumidores e inversores, cada vez más orientadas hacia productos responsables y prácticas empresariales éticas.

Así, el comercio sostenible se fomenta actualmente a través:

  • De regulaciones ambientales, normas establecidas por países o bloques económicos para que las empresas puedan acceder a sus mercados. Incluyen Acuerdos Multilaterales Ambientales (AMAs) —como el Protocolo de Montreal para el control de sustancias que agotan la capa de ozono o el Convenio de Basilea para el control de residuos peligrosos en el comercio internacional— y reglamentos, normas y requisitos que se aplican en determinadas áreas como la Unión Europea —por ejemplo, REACH, Ecolabel o Reglamento de Deforestación 0 — o Estados Unidos —como normas de la Environmental Protection Agency (EPA) sobre la importación de químicos, pesticidas y vehículos—.
  • De certificaciones y estándares sostenibles, una serie de reglas y modelos internacionales de adopción voluntaria y que garantizan a los consumidores que los productos son producidos y comercializados bajo determinados criterios ambientales, sociales y éticos. Entre los más destacados están la ISO 14001 (Gestión Ambiental) y ISO 26000 (Responsabilidad Social). Y para consultar estos y otros muchos, una magnífica opción es el StandardsMap del International Trade Centre (ITC), ya que es la base de datos más completa sobre normas de sostenibilidad.

El camino hacia un mercado más transparente y respetuoso con el medioambiente

En paralelo a estas medidas reguladoras, los gobiernos y administraciones de todo el mundo no dejan de tomar medidas para potenciar el comercio internacional sostenible. Un buen ejemplo es el Pacto Verde Europeo (Green Deal) que persigue alcanzar la neutralidad climática en la Unión Europea para 2050 mediante la adopción de estándares globales de sostenibilidad y, en este caso, de nuevas condiciones para la importación y exportación de productos.

Y también merece una mención el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), un instrumento que en la UE fija un precio justo al carbono emitido durante la producción de bienes intensivos en carbono y que fomenta que la producción industrial sea más limpia en los países que no pertenecen a esta comunidad económica.

Estas medidas tratan de impulsar la adopción de criterios ESG en las empresas internacionales y también pueden acompañarse de otras prácticas y tendencias sostenibles. De hecho, en los últimos años, se han implementado tecnologías muy interesantes que favorecen el seguimiento y la trazabilidad de los productos, gracias al uso de códigos QR, plataformas blockchain y certificaciones digitales.

comercio internacional sostenible

Ventajas de adoptar criterios ESG en la internacionalización empresarial

Según datos del Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de Comercio de España, 9 de cada 10 empresas aseguran percibir beneficios al aplicar medidas de sostenibilidad ambiental. Y en el caso del comercio internacional es bastante sencillo constatarlos, porque la implementación de criterios ambientales ofrece una serie ventajas competitivas en los mercados transnacionales:

Acceso preferencial
Realizar un comercio sostenible y cumplir con la regulación sobre medio ambiente puede traducirse en incentivos arancelarios o en el acceso preferencial a determinados productos. Disponer de sellos y certificados como el ISO 14001, el Rainforest Alliance o el Fairtrade International permite abrir puertas, conseguir nuevos acuerdos o incluso obtener mejores precios.

Reducción de riesgos regulatorios
Cumplir con la regulación ambiental ayuda a las empresas operar con mayor seguridad jurídica, evitando sanciones, bloqueos aduaneros y trámites costosos que pueden afectar su competitividad internacional. Además, reduce significativamente el riesgo de enfrentarse a litigios climáticos, una tendencia en aumento: desde 2015 se han iniciado cerca de 230 demandas relacionadas con el cambio climático contra corporaciones y asociaciones comerciales, y aproximadamente dos tercios de ellas se han presentado desde 2020. Este contexto refuerza la importancia de integrar la sostenibilidad como parte estratégica del modelo de negocio.

Mejora de la imagen corporativa
Brand Finance afirma que una buena reputación en sostenibilidad incrementa el valor de las marcas en miles de millones de dólares. Aquellas que aplican medidas sostenibles son percibidas por la sociedad como responsables y éticas, por lo que ven fortalecida su reputación. Algo valioso a la hora de tratar de fidelizar a los clientes y de fortalecer las relaciones con los inversores y los socios.

Mayor eficiencia y menos costes
Aunque la inversión en sostenibilidad empresarial no suele ser rentable a corto plazo, en pocos años puede traducirse en menores costes operativos. Fundamentalmente, por un uso más eficiente de los recursos, el ahorro energético que implica apostar por fuentes limpias y renovables, y la reducción de los residuos generados.

Acceso a financiación verde
Para el fortalecimiento del comercio internacional sostenible, muchas administraciones, gobiernos, bancos e instituciones multilaterales ofrecen una serie de ayudas a las empresas que se comprometen con el medio ambiente. De esta forma, con fondos, créditos y programas de apoyo, proporcionan unas condiciones preferenciales para que las compañías se animen a invertir en proyectos verdes que tengan un impacto positivo en la sociedad y el entorno.

Fomento de la innovación
Practicar el comercio sostenible es una estupenda razón para que las empresas innoven tanto en sus productos como en los procesos. Para lograrlo, pueden renovar o actualizar ciertos aspectos de su cadena de suministros, tratando de adaptarla a los criterios ESG y a las normativas y certificaciones vigentes.

Apoyo a la sostenibilidad empresarial: Enterprise Europe Network (EEN)

La Cámara de Comercio de Madrid forma parte del nodo de Madrid de la Enterprise Europe Network (EEN), una red integrada por 600 organismos de apoyo empresarial en más de 60 países. Esta ha sido creada a iniciativa de la Comisión Europea y está encuadrada en el Programa para la Competitividad de las Empresas y para las Pequeñas y Medianas Empresas (COSME), por lo que proporciona asistencia especializada tanto a las PYMEs internacionales como a los grandes grupos de investigación.

Por lo tanto, partiendo de un enfoque estratégico, en Comex ponemos a disposición de las empresas madrileñas varios servicios especializados para que puedan afrontar su internacionalización con plenas garantías.

Entre ellos, se encuentran soluciones para su sostenibilidad que incluyen:

  • El diagnóstico empresarial, evaluando las necesidades y el potencial de la organización para realizar un comercio sostenible.
  • La elaboración de un plan de acción para impulsar cada proyecto de internacionalización desde una perspectiva sostenible.
  • El acceso a soluciones personalizadas según las necesidades específicas de la empresa, brindando orientación experta y apoyo para superar todos los desafíos que implica el comercio internacional sostenible.
  • El seguimiento de todo el proceso, a través de la elaboración de estrategias efectivas y del acompañamiento continuo para garantizar el éxito en los mercados globales y sostenibles.

Convierte tu empresa en una referente del comercio internacional sostenible con el asesoramiento de la Cámara de Comercio de Madrid

La sostenibilidad se ha convertido en un eje estratégico del comercio internacional, no solo como respuesta a los desafíos medioambientales, sino también como una oportunidad para transformar los modelos económicos hacia prácticas más responsables y resilientes. La adopción de criterios ESG y el cumplimiento de regulaciones ambientales permiten a las empresas no solo acceder a nuevos mercados, sino también mejorar su competitividad, reputación y eficiencia operativa.

En este contexto, la Cámara de Comercio de Madrid, a través de la red Enterprise Europe Network (EEN), ofrece a las PYMEs madrileñas un servicio especializado para impulsar su internacionalización sostenible. Este programa proporciona asesoramiento personalizado, oportunidades de cooperación comercial, jornadas informativas y herramientas para integrar los ODS en la estrategia empresarial. Por lo que aprovechar este paquete de soluciones es una excelente forma de posicionarse en mercados globales cada vez más exigentes y comprometidos con el desarrollo sostenible.