23/07/2025
Como consecuencia de la globalización, numerosos países están experimentando un rápido crecimiento económico y profundas transformaciones estructurales. Poco a poco, estos avances les permiten aumentar su influencia en los mercados internacionales, y en algunos casos, incluso posicionarse como futuros líderes del escenario global. Son los conocidos como mercados emergentes, naciones que, por tener acceso a recursos naturales de gran valor y disfrutar de un enorme potencial demográfico e industrial, en unos años podrían estar compitiendo con ‘gigantes’ como Estados Unidos, China, Rusia o la Unión Europea.
De hecho, según el informe ‘World in 2050, The Long view: how will the global economic order change by 2050’ realizado por PwC, las economías más avanzadas quedarán pronto desplazadas por estos países. En concreto, las previsiones apuntan a que en 2042 la economía mundial podría duplicar su tamaño por la pujanza de estas economías, las cuales se estima que crecerán a un ritmo del 3,5 % anual hasta 2050, frente al 2,5 % previsto a nivel global.
Entre ellas, destacan especialmente el mercado de la India, el de Brasil y el de los países del Sudeste Asiático, con Indonesia como principal referente. Por eso, en este artículo queremos contarte las razones por las que ahora es el mejor momento para mirar hacia los mercados emergentes e invertir en ellos.
El auge de los mercados emergentes y su impacto global
El Banco Mundial también pone el foco a corto y medio plazo en las economías emergentes, ya que asegura que para 2050 el 85 % de la población mundial residirá en mercados emergentes. Este dato ya es de por sí una razón de peso para empezar a tenerlos en cuenta, aunque no es la única, porque, tal y como recuerda Pacto Mundial de la ONU a raíz de un Informe de la Corporación Financiera Internacional (IFC), estos países ofrecen oportunidades de inversión en clima valoradas en 23 billones de dólares, lo que incluye proyectos de infraestructuras verdes y de transporte sostenible.
Por lo general, los mercados emergentes comparten características, como:
- Un rápido crecimiento económico durante los últimos años. Son países que actualmente lideran los datos de crecimiento del PIB en comparación con las principales economías, como Estados Unidos o la Unión Europea.
- Mejora de infraestructuras e industrialización, pues muchos de ellos están transformando sus modelos arcaicos basados en la agricultura y la ganadería para convertirse en industrias modernas centradas en las manufacturas y los servicios. Además, están realizando fuertes inversiones para potenciar su tecnología, transporte e infraestructuras.
- Paulatina consolidación de su clase media, dado que están experimentando un incremento sostenido de su renta per cápita que facilita su expansión y el crecimiento de su consumo y de la inversión.
- Acceso a recursos naturales de valor estratégico, pues les están facilitando el fortalecimiento de sus industrias y exportaciones.
- Gran potencial de consumo, principalmente por contar con importantes concentraciones de población.
- Tendencia hacia la internacionalización, porque en los últimos años se ha detectado un claro incremento de las inversiones extranjeras en estos mercados emergentes y en el volumen de sus exportaciones.
- Riesgo y volatilidad, debido a su mayor inestabilidad política y económica. Sus divisas no son fuertes y tienden a fluctuar, mientras que sus regulaciones acostumbran a ser poco transparentes y bastante predecibles, lo que tiende a incrementar la incertidumbre y el riesgo para los inversores.
China es un buen ejemplo de país que en el primer cuarto de siglo ha conseguido pasar de ser un mercado emergente a convertirse en una economía consolidada. Pero todo apunta a que varios países seguirán pronto su estela: según el citado informe de PwC, ya incluso se puede hablar de un grupo E7 en contraposición al G7 de las naciones más poderosas del mundo, y en el que están estados como la propia China, Brasil, India o Indonesia. Así, se espera que los siete sean capaces de generar la mitad del PIB mundial para el año 2050.
India, innovación, tecnología y una población imparable
En 2023, India superó a China como país más poblado del mundo y actualmente se aproxima a los 1.450 millones de habitantes. No en vano, en 2025 ha rebasado a Japón y se ha consolidado como la cuarta economía del planeta con un PIB de 4,3 billones de dólares; y para 2029 la previsión es que haga lo propio con Alemania para situarse ya en el podio.
Su fuerza demográfica, sustentada en una población joven y en la concentración de población en grandes núcleos urbanos como centros económicos y comerciales internacionales, está ayudando al país asiático a presentar uno de los ritmos de crecimiento económicos más elevados de los últimos años, con tasas anuales que rondan el 7 %. Así, el mercado de la India se fortalece gracias al creciente peso que está adquiriendo el sector servicios, el cual constituye el 50 % de su PIB. Pero todavía tiene evidentes problemas en su economía, como que la mayor parte de su fuerza laboral aún esté empleada en sectores de baja productividad, como la agricultura, la construcción y el comercio.
En cualquier caso, el gobierno indio está realizando grandes inversiones en infraestructuras para mejorar sus carreteras y sus ferrocarriles e integrar la energía renovable en sus actividades. En el período 2024-25 destinó un gasto récord del 3,4 % de su PIB en este concepto; una cantidad importante si se tienen en cuenta sus grandes niveles de deuda y su necesidad de acceder a elevados tipos de interés para financiarse.
Retos y riesgos de la India y su mercado
Por todo lo comentado, este país ofrece un enorme potencial, pero también tiene mucho trabajo por hacer. Su economía rural aún tiene un importante peso y lastra su consumo; y, aunque está haciendo un importante esfuerzo para fortalecer sus industrias electrónica y de energías renovables, su capacidad de generación de empleo todavía no está a la altura de su crecimiento económico.
Además, para los inversores, India sigue representando un entorno de cierta incertidumbre. Su moneda de libre flotación, los elevados aranceles, una legislación laboral desactualizada, la inestabilidad política y un marco regulatorio complejo generan un escenario poco predecible. No es raro que las empresas se enfrenten a trabas burocráticas que retrasan durante meses la ejecución de sus proyectos, lo que obliga a valorar cuidadosamente su entrada en este mercado. Aun así, India continúa siendo un destino atractivo para sectores como el agroalimentario, la automoción, la salud o la industria farmacéutica, gracias a su enorme potencial de crecimiento.
Brasil: el gigante latinoamericano con recursos y consumo interno
A pesar de las dificultades que atravesó la economía latinoamericana en 2024 y de que las previsiones de crecimiento para este año se sitúan en apenas un 2,1 %, Brasil continúa destacando como un referente entre las economías emergentes. Recientemente superó a Italia y se posicionó como la octava economía mundial por PIB, impulsado principalmente por el aumento significativo del gasto de los hogares. Este repunte se debe a tres factores clave: la mejora del mercado laboral, la reducción de las tasas de interés y la moderación de la inflación.
De hecho, gracias a estos recortes en sus tasas de interés, Brasil se presenta como uno de los mercados emergentes más atractivos para la inversión en el futuro inmediato; ya que además es uno de los pocos países en crecimiento que tiene una inflación por debajo del 10 %. Ventajas que, sumadas a su fortaleza demográfica (es el país más poblado de Sudamérica, con 214 millones de habitantes) hablan muy bien de su capacidad para crecer en los próximos años y de crear una potente clase media.
Oportunidades de inversión en el mercado brasileño
Por lo demás, Brasil y su mercado destacan por su capacidad para acceder a materias primas de fácil explotación, por presentar una economía diversificada con gran capacidad de resiliencia frente a las situaciones de crisis y por su posición privilegiada como motor económico del subcontinente. Esto convierte al país en una opción interesante para las empresas vinculadas a los sectores del automóvil, las energías renovables, el petróleo y el gas, la minería y las infraestructuras del transporte; y que también pueden sentirse atraídas por tener acceso a exenciones fiscales y opciones de financiación a bajo coste.
Aunque en lo relativo a la inversión, y como sucede en otros mercados emergentes, en Brasil no es oro todo lo que reluce. En su caso, si quiere convertirse en una apuesta segura dentro del continente americano, deberá mejorar sus infraestructuras, flexibilizar su legislación laboral, acelerar sus procesos burocráticos o mejorar su fiscalidad.

Sudeste Asiático: una región diversa y en expansión constante
China e India no son las únicas naciones que atraen la inversión hacia el continente asiático, porque en el sudeste continental aparecen varios mercados emergentes de gran dinamismo. Estos están representados por ASEAN (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental), conformada actualmente por Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunéi Darussalam, Camboya, Laos y Myanmar.
Según su Informe de Inversión 2024, titulado ‘La Comunidad Económica de la ASEAN 2025 y la inversión extranjera directa’, esta Asociación representa a más de 650 millones de personas en un mercado que combina 3,8 billones de dólares. Su atractivo para la inversión reside en su gran potencial de crecimiento, apoyado por un lado en las transformaciones estructurales y comerciales que están realizando sus diez países miembros, y por el otro en la consolidación de sus principales núcleos urbanos como epicentros del comercio y la economía mundial.
La capacidad para crecer de la región resulta evidente si se tienen en cuenta sus datos de entradas anuales de inversión extranjera directa, pues pasaron de 92.000 millones de dólares en el período 2006-2015 a 170.000 millones entre 2016 y 2024. Es más, entre 2021 y 2023 esta entrada de inversión extranjera alcanzó un valor promedio de 220.000 millones de dólares al año, por lo que el mercado del Sudeste Asiático se consolidó durante tres años consecutivos como uno de los más atractivos para las empresas internacionales.
Cada país ASEAN tiene sus propias características
El estudio destaca que sus países están potenciando tanto su industria manufacturera como sus energías renovables, consiguiendo atraer la inversión de grandes economías como China, Estados Unidos o la Unión Europea. Y menciona también las mejoras que se han producido en sus redes de producción y en las cadenas de suministro de sus empresas, con un impacto muy positivo para su ecosistema industrial.
De esta forma, el mercado del Sudeste Asiático es especialmente interesante para las empresas que buscan invertir en mercados emergentes y en sostenibilidad, como las vinculadas a las cadenas de valor de las energías renovables, a la economía digital y a la producción de vehículos eléctricos.
Si bien, desde una perspectiva prudencial, también hay que mencionar los hándicaps que arrastran los países ASEAN, como su vulnerabilidad al cambio climático, su alta volatilidad económica, su tendencia hacia la inestabilidad política y social y, en algunos casos (como Indonesia y Filipinas), la existencia de burocracias lentas e ineficaces, así como de altos niveles de corrupción.
Cómo prepararse para entrar en mercados emergentes
India, Brasil y los países del Sudeste Asiático son una buena demostración de todas las posibilidades que proporciona el comercio internacional a las empresas que quieren alcanzar un éxito global, independientemente de su sector. Pero, para entrar con buen pie en estos mercados, es recomendable que antes los investiguen adecuadamente para detectar las mejores oportunidades de negocio y conocer las principales barreras que pueden encontrarse.
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