España, socio económico preferente de Portugal
En un escenario de alta complejidad del mercado interior como consecuencia de la creciente competitividad empresarial y la marcha forzada hacia la especialización, volver la mirada hacia el país vecino es, prácticamente, una obligación. Y es que, Portugal, ofrece múltiples oportunidades para la empresa y los inversores madrileños. Testigo de ello son las 4.038 empresas portuguesas constituidas, en más del 50%, con capital español y cuyo volumen de negocios supone alrededor del 18% del PIB portugués. En el ámbito comercial, la cuestión no difiere en absoluto, ya que España – responsable del 29,40% del total de las importaciones portuguesas (2022) – se coloca como el principal socio del vecino luso a gran diferencia del siguiente, Alemania – responsable del 11,17 % del total de las importaciones portuguesas (2022) .
Cercanía geográfica y cultural
Un factor que, sin duda, ha contribuido a la ampliación de las fronteras de las empresas españolas hacia Portugal, y que, a día de hoy es, si cabe, un mayor facilitador de las relaciones comerciales entre países, es la cercanía y la existencia de infraestructuras de transporte que les conectan y facilitan exponencialmente la logística entre ambos territorios.
No se debe menospreciar tampoco, el evidente parecido cultural de sus respectivas poblaciones, que supone un impacto directo en la actividad exportadora y de internacionalización. Esto se debe a que, entre otras cuestiones, permite a la empresa madrileña gozar de un mayor conocimiento del consumidor final potencial de su producto/servicio en dicho mercado.
La barrera idiomática, ha de ser un elemento a considerar, sin embargo, la gran similitud de ambas lenguas y la popularización del español en el país luso, junto a la difusión del inglés en ambos territorios, suponen un importante facilitador de la comunicación.
Menor estructura de costes empresariales
Portugal también ofrece ventajas a las empresas madrileñas en el aprovechamiento de sus costes laborales comparativamente más bajos. El salario bruto anual mínimo portugués se situa en 11.480 euros, mientras que el español alcanza ya los 15.876 euros, un 38% por encima. A nivel fiscal, las corporaciones portuguesas disfrutan también de un tipo societario menor al español en 4 puntos porcentuales.
Economía en transformación: Conocimiento, digitalización y transformación
energética
La apuesta de Portugal, gracias a los fondos de recuperación de la Unión Europea, se ha centrado en la transformación profunda de su sistema productivo orientándolo a la maximización de la productividad y la superación del reto tecnológico y de innovación. Por lo tanto, los proyectos empresariales que contribuyan a ese fin y cumplan con los requisitos específicos de las convocatorias podrán optar a dichos fondos. Sin duda, una fuente de dinamismo empresarial y del consumo que sigue a un período de dificultad, a tenor del endurecimento de las condiciones de acceso al crédito y la elevada inflación.
Previsión de crecimiento de la economía portuguesa
Las condiciones de adversidad presupuestaria anteriormente comentadas sumadas a la reducción de la demanda exterior perjudicaron a la economía portuguesa el pasado año, 2023. Sin embargo, son estos mismos factores los que ahora impulsan a Portugal hacia una senda de crecimiento económico. Instituciones como el Banco de Portugal prevén la caída de la inflación, la cual sitúan en el 2% para el año 2025; la estimulación de la inversión gracias a la inyección de los fondos europeos y a una probable bajada progresiva de los tipos de interés por el Banco Central Europeo; y, por último, el alivio de la situación macroeconómica en los principales países receptores de productos y servicios portugueses. Todo ello contribuirá a una recuperación progresiva y sólida de la economía portuguesa, cuya previsión de crecimiento – un 2% en términos del PIB- se sitúa por encima al de la media de la Unión Europea y, en virtud de los datos recientes, ha sido revisada al alza.
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